Cuando se apagan las luces, se encienden los sueños. Así comenzó esta historia, en el lugar donde Noemí tejía los suyos cada noche.
En una tierra donde se cultiva la vid desde hace 2.500 años, y en la que las condiciones climatológicas y naturales imprimen un sello especial a los vinos, nazco yo, Noemí Arroyo Pérez, una apasionada de la tierra y el campo.
Esta historia comienza hace 14 generaciones, cuando un antepasado mío, Diego de Arroyo, fundó un mayorazgo con sus propiedades.
Durante mi niñez, jugaba y soñaba despierta ayudando a mis padres en los trabajos de la viña. Y en el laboratorio de los sueños empecé a crear el que sería MI VINO.
Me formé en viticultura y enología y durante 25 años he cumplido mis sueños de niña dedicándome profesionalmente a ello con la máxima de que el terruño y la cepa siempre devuelven lo que reciben.
He llegado hasta donde estoy con esfuerzo, aprendizaje e ilusión constante. Hoy sigo soñando despierta, cuando piso la tierra de la viña, imaginando nuevos vinos y anhelando transmitir esta pasión a todos los que disfruten con mis vinos.
Desde niña, tuve una ilusión: crear vinos con alma que acaricien los sentidos de aquellos que lo prueben.
El sueño se hace realidad en un sendero de viñedos milenarios ubicados en la privilegiada comarca de Utiel-Requena.
La tierra devuelve lo que recibe, por lo que, solo el mimo y el aprendizaje de las señales de la naturaleza, nos regalará unos excepcionales vinos que recogen las cualidades del medio que lo rodea.
Realizamos una viticultura respetuosa con el medio ambiente a través de una agricultura biodinámica basada en técnicas familiares ancestrales.
La perfección se consigue en bodega a través de un proceso de elaboración que respete la materia prima que nos brinda la tierra.
Tras el embotellado nuestros vinos están listos para paladear y abandonarse a sus bondades.
Algo tan maravilloso que solo puede proceder de la tierra
De Noemí se hace realidad en un sendero de contrastes, en un paisaje privilegiado, impregnado de viñedos milenarios, situados en el interior de la provincia de Valencia.
Nuestras viñas, ubicadas en Fuenterrobles, pertenecen a la comarca de Utiel-Requena. Una zona de incalculable valor por su cultura vitivinícola milenaria.
Su clima mediterráneo con influencias continentales, y sus bondadosos suelos, dotan a nuestros vinos de una personalidad única, que se reflejan, especialmente, en la Bobal, una variedad casi exclusiva de la zona, que brota más tarde que otras variedades tintas, protegiéndose así del riesgo de heladas y que nos ofrece un gran potencial enológico, regalándonos vinos tintos de intenso color, cuerpo y sabores complejos.